domingo, 8 de junio de 2008

¡¡¡LARGA VIDA AL CAMARADA RIVAS!!!


Quico Rivas durante la huelga de hambre por los basureros de Tomares. Foto: Jessica Murray.


Barcelona, febrero 2003. Foto: Marcder.

☀☀☀ elegía y brindis dEL SOL NEGRO☀☀☀
El pasado 29 de mayo, en una azotea de la judería sevillana, Quico Rivas congregó a un montón de amigos como una suerte de comité peninsular festivo para celebrar en principio los 55 años que dejaba atrás y los 10 siguientes por los que brindamos esa noche encendida con una maravillosa exposición donde reunió los últimos cuadros que había estado pintando entre el otoño y la primavera, una serie que tituló BEFORE THE POISON; pero también su retirada de la crítica de arte (“la crítica de arte hoy da vergüenza ajena”, dejaba dicho días antes en un periódico) y su vuelta definitiva a la sierra bandolera de Grazalema, donde tenía su guarida. Nadie sabía que la alegría que se desparramaba esa noche sobre Sevilla iba a convertirse dos días después en punch, noqueo y luego en pena honda. Una llamada de La Carbonería, enclave de todos los refractarios en Sevilla, comunicaba su muerte. Apenas de regreso dejábamos los macutos, cargados los traíamos de maldades que habíamos allí urdido con él, inagotable batallador de rebeldías (vitales, artísticas), el Víctor Nero o Segundo Mateo, como venía firmando sus incendiarias diatribas contra toda impostura, todo poder, el Quico. Él mismo nos matizó un número 5 de V.P. y a nuestro loco motor de utopía le puso una consecuente mecha dinamitera... ¡Pero qué cabrón, si es que ya se lo olía, darnos una fiesta y al día siguiente, con la más elegante sonrisa –y deslumbrante camisa rosa puñeta–, irse a morir a la sierra gaditana! No sabía con certeza del momento, pero como se había bebido tempranamente la vida de un solo trago –que fueron muchos, tantas las movidas en las que se implicó– y éste le había dejado mella, por si acaso, quería que brindásemos todos con él una vez más. Antesdeayer mismo, todavía su cascado pero combativo cuerpo agitado en su –parecía que– imparable ir y venir, un pletórico Quico (dentro de su entusiasmo siempre blindado) tras la resaca de la fiesta, bitter en mano, me animaba a retomar aquello de los CORAZONES BLINDADOS como nombre para la banda del Rag Cuter. Pero ahí yo tenía claro que no me iba a dejar liar, que la banda sería la de los CORAZONES IRACUNDOS. Y, una de esas raras veces, Quico no contradijo, sino que sonrió saboreando la idea; y quiero pensar que porque le empezaba a sonar bien. ¡Joder, y se va a quedar sin escuchar esta rara música, él, que fue de los pocos que sinceramente la apreció! (o esa impresión me dio siempre, cuando me preguntaba en qué sonoridades andábamos metidos. Porque no sólo tenía criterio para el arte, la escritura y la anarquía, también era una fuente inagotable de referencias musicales, y cuando lo conocí, la primera sorpresa fue el ponernos a hablar del loquísimo Dr. Eugene Chadbourne, de cuya existencia apenas muy pocos sabían). Aun con un corazón blindado lo tenía tan acojonantemente generoso y rabioso como sólo un verdadero anarquista –alguien para quien definitivamente vida y arte son una y la misma cosa que sólo en la lucha cobra sentido– puede tener. Quico Rivas, que fue hasta hace tan solo unas horas el tronco con la tela más lisa que he conocido, tenía a otro Quico, éste guerrillero, el Sabatés como su modelo, o más bien su inspiración, y se definía como anarquista individualista de estirpe stirneriana, y también últimamente como anarco-futurista: esto quería decir que siempre con la experiencia pasada miraba para alante, pisando firme con sus botas de punta, dispuesto a romperle las pelotas a cualquiera que se atreviera a cortar el paso a los refractarios que gustábamos de andar a su lado, haciendo frente al estado de mentira imperante que Quico Rivas, con imaginación potente y lucidez inequívoca se empleó en destruir de mil maneras, indisolublemente unidos ludismo y rigor en la fiesta radical. Empeñados los refractarios en la independencia a ultranza y la propia soberanía, el Nero o el Segundo Mateo nos vino a infiltrar a muchos una bomba orsini en el corazón, desde que aquel Refractor, entonces Polizón, echara a bogar bajo su timón y un único compromiso: con la no servidumbre. NON SERVIAM fue, es, principal consigna refractaria. Sabedor de la caña con la que había vivido sus 55 años, el Quico Rivas se daba de plazo justamente otros diez para seguir alimentando la hoguera. Pero sólo llegó a ver dos soles y dos lunas más. En la noche giramos y el fuego nos consume. El Q. ardió como se debía a sí mismo, tal vez a sus amigos, a sus enemigos. Ahí queda resumido todo arte, como verdadero movimiento, asunto de situaciones y traslados, no encapsulado en la receta de una ideología y una estética cualesquiera. Sin más chapa: en compañía de gente como el Rivas la Vida siempre viene con mayúscula encendida. Quico no te enseñaba cómo hacer –o bien te enseñaba Nada–, no daba consejos, lanzaba anzuelos, empujaba, refractario también al inmovilismo. Durante una década larga, esporádicamente, cada vez que saltaba la chispa refractaria, compartí con este pirata no pocos saraos, arriesgadas empresas político-artísticas, muchas de ellas en verdad suicidas, y también conversas de palabras justas –o ajustadas, pues el Quico se zafaba siempre que la cosa empezaba a irse por las ramas–, y memorables brindis... junto con el Alí Calabrés, el Butrón, aquella GRRR (Guerrilla Teatral Refractaria), la Campanilla, los Lira, la brigada ZRZ... la Sueña –o la Susana, como él la llamaba–, y más que nos juntábamos para la acción anarco-artística, y sobre todo para festejar, a contracorriente y contrarreloj. Jamás hubo que rendir cuentas. Únicamente había afinidad, no una causa: ANTE EL ECLIPSE DE LA LUCHA DE CLASES, MUCHAS CLASES DE LUCHA. El Nero ha sido también el as de la consigna. Consigna extrema, sin vuelta de hoja ni vuelta atrás, A POR EL TODO, y sin esperar a nadie, NO PODEMOS ARRASTAR ELEMENTOS INDECISOS. Porque la del Quico Rivas ha sido hasta ayer por la noche una vida peligrosa con –y por causa de– la verdad por delante y sin sponsors –como dice María Vela Zanetti, esa verdad, incómodo empeño, que no se dice en los corros de la patata cultural, y que el Quico ha dicho allá donde fuese y molestara a quien molestase–; vida sedienta, sin otro empeño que vivir animadamente, con honestidad hasta donde fuera. Por eso, Calavera no llora. Los refractarios somos los Negros de la Nada, escribía Víctor Nero-Quico Rivas. Nosotros mismos, muchas veces, nos hemos borrado de los mapas. Pero jamás hemos sido vencidos. Nunca firmaremos la paz. Nadie logrará barrernos de la faz de la tierra. Las cenizas del camarada Segundo Mateo, el camarada Marc ha propuesto meterlas en una de las bombas Orsini que el propio Quico le alentara a replicar. Pero allá dentro, blindadas por don Felice Orsini, maestro de dinamiteros, no habrá otra ceniza que la que sea semilla, abone el campo naturalmente –de batalla– y venga un buen día a explotar. Y así. Nadie es indispensable, pero todos somos insustituibles. Basta de moderación. ¡ANARQUÍA TODOS LOS DÍAS! ¡LARGA VIDA AL CAMARADA RIVAS!, como gritaban el Loncho y el Guzmán desde Triana. ¡A POR EL TODO! Nos vemos en las azoteas, francotiradores lúdicos, libertarios sin fin de uno y otro pelaje. La fiesta y la lucha no han hecho sino empezar... y CADA CORAZÓN, UN ENCENDIDO CARBÓN.
¡Hasta ahora, Kiko, anarcoalquimista de la pluma, el pincel y la mecha!
¡SALUD, REFRACTARIOS!
Raj Kuter, en un eclipsado Titán, a 1 de junio de 2008.


Segundo Mateo.



Quico Rivas pintado al óleo por Alonso Gil, 2008.

BEFORE THE POISON


¡LARGA VIDA A QUICO RIVAS!

Hace una semana, el 29 de mayo de 2008, ultimábamos los preparativos de la “fiesta chourrum” de Quico Rivas en casa de los amigos Carmen y Emilio. BEFORE THE POISON es el título de la exposición de sus últimos cuadros, dibujos delicados y vivos pintados con extractos de pétalos de flores silvestres que recogía en su paseos por la ribera del Gaidovar en Grazalema.
Y de la fiesta con la que celebramos los 55 años de su no parar y su retirada de la crítica de arte (“la crítica de arte hoy da vergüenza ajena”, dijo en su última entrevista). Acudieron casi todos, familia y amigos, personas con quienes él compartió ideales, luchas, discusiones, silencios, revoluciones, drogas, barras de bares o paseos por el campo. Su rostro trasmitía felicidad por la respuesta a su convocatoria en esa hermosa noche sevillana. “Nadie sabía que la alegría que se desparramaba esa noche sobre Sevilla iba a convertirse dos días después en punch, noqueo y luego en pena honda”, escribió Raj Kuter, su camarada refractario, en el texto que repartió el lunes 2 de junio, cuando amigos y familiares decíamos un emocionado HASTA SIEMPRE a uno de los grandes pensadores que ha dado el sur en los últimos tiempos, Quico Rivas.

Aristócrata obrero de los pinceles y las palabras, crítico de arte, comisario de exposiciones, maestro de la agitación, anarquista infatigable, activista desde su más tierna juventud y curioso desmesurado, Rivas fue testigo activo de los movimientos culturales y dinamizador de los contraculturales sucedidos en las últimas cuatro décadas en Andalucía y Madrid … esto y muchísimo más. Arte, política, música, historia, botánica, flamenco y un largo etcétera eran, entre otros, algunos de los intereses de esta enciclopedia andante, que siempre ofreció sus conocimientos generosamente a los curiosos que a él nos acercamos. Y aunque muchos han usado y abusado de ellos, incluso maltratado su fuente y su archivo, otros agradecemos todas y cada una de sus declaraciones de camaradería.

Escritor excepcional, capaz de capturar alma y gestos, de evocar y provocar situaciones de lo más variopintas, de contagiar ideales con sus escritos, -incluso cuando escribía de arte-, Rivas, como dice María Vela en el tríptico editado con motivo de BEFORE THE POISON, escribía para decir la verdad llameante y vivía para sufrir las consecuencias. Siempre ofreció lo que se esperaba de él: disloque y honestidad, silencios cargados de ideas, provocaciones y envites difíciles de lidiar. “Quicón sufí, pájaro pinto que se posa en el tendido eléctrico de nuestros pensamientos y cortocircuita cabezas chamuscadas” escriben sus amigos Federico Guzmán y Alonso Gil.
Nunca he conocido a nadie que se entregara tan por entero a su vocación, que supiera de manera tan excluyente lo que quería, ni que defendiera con tanta vehemencia, plasticidad y cariño aquello y a aquellos en los que creía.

Con gesto cansado pero elegante sonrisa se despidió feliz y agradecido de los que asistimos a su convocatoria el jueves, y se retiró a su casa de Grazalema, tierra de maquis en la que pasó los veranos de su infancia.
Y allí, cuando saboreaba la resaca de su fiesta, su cuerpo castigado le jugó una mala pasada. Sabíamos que esto pasaría, pero no que sería tan repentino… Faltó tiempo…

¡Con el ruido que hiciste en vida, te has retirado tan silenciosamente!.

Gracias amigo Quico, nos has regalado mucho: intensas vivencias, ideas, reflexiones, un tremendo saco de emociones y muchos proyectos en marcha que intentaremos llevar a buen puerto siguiendo tus indicaciones… ¡Tú siempre mandando!

Tendremos Quico Rivas para rato, lo tendremos After the Poison, para siempre. Con cariño.

Esther Regueira
Sevilla, jueves 5 de junio de 2008

Opio verde

Pier Paolo Pasolini

Evict The Rich


QUICO RIVAS ESTÁ QUE ARDE


El confía en que retirándose apagará el fuego de su bondadosísimo y rebosante corazón. Hace años soñó que su biblioteca ardía; desde entonces busca lugares con un índice de pluviosidad exagerado para moderar esa tendencia suya al incendio. Que durante todos estos años su grito de guerra haya sido
Quico Rivas está que arde.

El confía en que retirándose apagará el fuego de su bondadosísimo y rebosante corazón. Hace años soñó que su biblioteca ardía; desde entonces busca lugares con un índice de pluviosidad exagerado para moderar esa tendencia suya al incendio . Que durante todos
estos años su grito de guerra haya sido “¡A la hoguera¡” ha dejado en su hondo estilo de escritor emboscado una elegancia cenicienta, casi cuaresmal, infinitamente alegre por suicida; ¡total, ya nada es urgente! Con la santa irritación propia de toda persona que se toma su tiempo para pensar en cómo pasar esta vida sin agachar la cabeza, sin despilfarrarla en medias verdades y en secas ideologías, sus papeles, sus escritos volanderos, siempre se me aparecen a mi chamuscados por los bordes, abarquillados como galletas crujientes y reparadoras. Su lema podría ser aquel verso de Quevedo que recuerdo yo más o menos así, “nadar sabe mi llama el agua fría, y perder el respeto a ley severa” No me extraña que escriba para decir la verdad llameante y que viva para sufrir las consecuencias. abrasadoras. Ha tenido, y tiene mucho peligro Quico Rivas porque es arriesgado decir la verdad y no tener sponsor que paguen por tan incómodo empeño. Y la verdad, dicho sea de paso, no se dice en los corros de la patata cultural, me refiero a esa verdad que nos calienta irremediablemente y nos despoja de toda moderación, sino en las calles y en los bares, desgañitándose Esta peligrosa vida de Quico no le ha convertido en un canalla satinado, personaje tan corriente en nuestra boba sociedad de consumo. ¡Qué va! ¿Consumo? Nadie sabe como él qué es consumirse en un verbo, morderse las uñas, apretar el paso de madrugada, llegar a casa y escribirlo casi todo. Me cuenta ahora que a sus cincuenta y cinco años lo deja. Pero él no deja nada como no deja a las incontables mujeres que quiere y que le adoran, sino que acumula: libros, resacas, puñaladas, causas, casas, hijos, imitadores y amigos. En ese animado panteón él sigue echando leña al fuego de su leyenda.

María Vela Zanetti

Amapola blanca

Dama


La soga dorada



Entrevista en ABC de Sevilla 25.05.08



http://www.neilsongallery.com/


Segundo Mateo en la fundación del G.A.T.A., Ampurdá 2001.

Comité Peninsular Intergaláctico del G.A.T.A.

Poliédrico Quico



Quico en La Carbonería, Sevilla 2008.

En Grazalema, camino de Before The Poison.



Boda de Alipio y Rocío, Medina Sidonia 2008.


¡¡¡SALUD Y ANARQUÍA TODOS LOS DÍAS!!!

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